Estamos aquí reunidos para dar honor a mi madre Dora Bienvenida Tejeda. Soy testigo fiel de la persona que fue mi madre en vida. Una mujer valiente, honesta, honrada, trabajadora, sacrificada, responsable y compasiva.
Mi mamá siempre estaba dispuesta a todo por nosotros. Por mi parte, siempre quise agradarla y hacer lo correcto para no darle problemas o hacerla sufrir más de lo que ya había sufrido toda su vida. Antes de morir cuando llegue a Los Ángeles para llevarla conmigo, me dijo, ahora sé que tú realmente me quieres. Lo repitió varias veces y vi en sus ojos la certeza de lo que decía. Finalmente se convenció que yo la amaba y siempre la he amado, Mami, gracias por nunca abandonarme. Siempre me cuido para que nadie abusara de mi. Gracias a usted y su sacrificio, nunca me faltó nada.
Mami gracias por enseñarme a reír. Llevo en mi corazón todas las veces que me hizo reír con sus ocurrencias. Su humor fue siempre algo que disfrute. Le he transmitido ese humor a sus nietos.
Mami, gracias por traerme a este mundo. Gracias a usted he podido aprender lo que es el amor incondicional. Gracias a usted he podido crear una familia hermosa y disfrutar momentos inolvidables.
Mami, descanse en paz. No más dolor. No más sufrimiento. Estoy convencida y segura que nuestro padre celestial ya la espera con los brazos abiertos. Disfrute del más allá. Vuela alto mi viejita linda. Aquí siempre la recordaremos con mucho amor y ternura. Estará siempre en nuestros corazones.
La amo hasta la eternidad.
Su hija Letty